Insulto 23: Catoblepas

Durante una época, mi hermano y yo, fervientes jugadores de AD&D, desarrollamos la habilidad de sabernos prácticamente de memorias los 3 compendios de monstruos que los chicos de TSR lanzaron para sablear nuestras maltrechas economias de preadolecente. En aquella época en la que nuestras pagas eran de apenas 500 pelas semanales, aprendimos el valor del ahorro y del esfuerzo económico. Con esas lastimosas monedas nos daba para comprarnos nuestros tebeos de Factor X y las Secret Wars II y apartar 150 pelillas cada semana para pillarnos al cabo de tres meses una nueva ampliación del mítico juego, o de Cthulhu.


Pues bien, uno de los divertimentos fraternales en aquellos días era insultarnos llamándonos por los nombres de los monstruos que salían allí. Así era bastante común por mi casa oir a dos energúmenos llamarse Kobold, Orco, Troglodita, Beholder, Gnoll, Hobgoblin y tantos y tantos otros. Pero sin duda los que acabaron destacando entre todos y sin saber porqué acabron siendo Catoblepas y Basilisco (que luego han dado nombre a dos revistas filosóficas de esas chungas que sólo leen gente que no fornica, porque el fornicio es un práctica primitiva y que no cultiva la mente). MI hermano me llamaba a mí Catoblepas, supongo que por la naturaleza tranquila y pachorrística del bicho, al que una vez al mes le entraba un ataque de rabia y se lanzaba a cazar para comer carne. Más o menos como yo. Un tipo tranquilorr y tirando a vago, que se alimentaba a base de acelgas y patatas hervidas y que una vez al mes, víctima de un ataque de necesidad de proteinas, me bajaba al Burger King de Plaza Catalunya a jamarme un Triple Whopper.