martes, 23 de junio de 2009

Insulto nº 9: Tu madre follaba tan mal, que tu padre se tuvo que follar a la mía para saber lo que era el verdadero placer. Hermano.

Insultar refiriéndose a la sacrosanta profesión materna nos parece, desde aquí, ruín, mezquino y cobarde. Además negamos ese tipo de insulto porque no suele referirse al interfecto sino a la madre de éste, lo que es indigno de un buen insultador. Las madres en ningún caso tienen la culpa de dedicarse a lo que buenamente pueden con tal de asegurar el sustento de su amada prole. Pero a veces no queda más remedio que mentar a las madres si queremos hacer mella en nuestro rival.

Como he comentado más arriba no vamos a mencionar la profesión materna, así que el hijoputa está descartado. ¿Acaso no es el insulto más sobado, manido y sobreutilizado de la historia? Aquí proponemos éste, que aunque se refiera a las capacidades sexuales de la señora madre del insultado, no la equipara con una ejercedora la noble arte del prospitueo. Además el descoloque que provoca este insulto, que a primera vista podría considerarse un autoinsulto, pero que como ahora explicaré es en realidad un insulto inmunizador, hace que nuestro rival flipe y se pase un par de segundos con la mente en blanco intentando adivinar que es lo que hemos querido decirle. Lo que podemos aprovechar o bien para correr, si el tipo es fuertote y nos puede en una pelea, o para descojonarnos en su cara de empanao mientras piensa.



Pueda parecer a primera vista que nos estamos autoinsultando, cuando lo que realmente queremos decir es que su padre, jamás supo lo que era el sexo de verdad a manos de esa mujer reprimida, frígida y víctima de abusos en la niñez (un tema muy serio y del que desde aquí evitamos hacer coña) y que tuvo que refugiarse en si misma renunciado a todo clase de dsifrute vital, convirtiéndose en una amargada incapaz de consumar sus obligaciones conyugales. Así nuestra familia, mucho mas liberada y sana sexualmente se ofreció de manera caritativa a mostrarle al buen hombre las virtudes del sexo y, finalmente engendrar un hijo con nuestra madre, que es a su vez la madre real del insultado. Cosa que él hasta ese mismo momento desconocía. De ese modo, cualquier intento de contraataque con hijoputas, hijodeperras, tu puta madre, me cago en tu madre se anula, ya que ya nos lo hemos dicho antes, haciéndonos así inmunes a ese ataque y, provocando en la mente del rival, la visión de que ese hijoputa tan sonoro que va a soltar, en verdad se lo está diciendo a su propia madre. Parece complicado, pero a la vez es tremendamente divertido.

4 comentarios:

  1. Mmmm, menuda bobada.

    ResponderEliminar
  2. Round 1 fight!

    Como las dos horas que estuve con tu hermana...

    ResponderEliminar
  3. Perdón, pero yo tengo hermano, adorador de trannys.

    ResponderEliminar
  4. Por eso fue una bobada estar dos horas con tu hermana...¿vas a decir alguna obviedad más?

    ResponderEliminar